El tratamiento fundamental del cólera consiste en la reposición de agua y electrolitos, es decir una rehidratación eficaz oral y/o intravenosa, lo cual reduce en gran medida la mortalidad. Sólo en casos graves se recomienda la antibioterapia basada en la utilización de antibióticos como la azitromicina, ciprofloxacino, norfloxacino y tetraciclinas. Este tratamiento reduce la duración del cuadro clínico, la gravedad de la enfermedad y el periodo de portador En los últimos años se han reportado resistencias a trimetroprim-sulfametoxazol, furazolidona y tetraciclinas. Hay que aclarar, que la administración generalizada o "en sabana" de antibióticos de forma preventiva (quimioprofilaxis), no limita la transmisión de la enfermedad y por tanto, no se recomienda. Igualmente no se recomienda el uso de medicamentos anti-diarreicos como la loperamida.
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